Recuerdo de Carlos Gurméndez: un pensamiento rico y pasional.
Eusebio García Luengo habla del que fue su amigo Carlos Gurméndez, escritor, pensador y humanista, madrileño de adopción, notorio en los círculos intelectuales de su tiempo y de ahora.
Eusebio, amigo de "Caminar Conociendo", hombre que busca y anima la conversación, nos trae los recuerdos de su amigo C.Gurméndez.
Conocí a Gurméndez, nos dice, en esos cafés literarios madrileños como "La Granja del Henar", siendo estudiantes en la Universidad de Madrid. Gurméndez, aunque nacido en Montevideo, llegó muy jovencito a Madrid, y se integró muy bien en el mundo madrileño.
Era un hombre muy comunicativo, muy expansivo, y respecto de otros escritores propiamente españoles, él como hispano americano y con motivo de su estancia en Europa, tenía una visión y una cultura mas amplia que el resto de amigos del grupo español. Era profundo conocedor del pensamiento y la literatura alemana, lo cual era poco frecuente, además de la literatura inglesa, francesa y soviética.
Carlos Gurméndez simultaneó las carreras de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad Complutense, donde se afilió a la organización estudiantil de izquierdas FUE, lo que le impidió finalizar la licenciatura de derecho en Madrid, teniendo que completar sus estudios en la Universidad de Berlín.
Durante la Guerra Civil dejé de verle, pero en la inmediata posguerra, viviendo él aún en la calle Gran Vía, reanudamos nuestra amistad. Gurméndez es uno de los pocos amigos que siempre me ha sido no sólo muy afecto, si no también muy fiel, y yo le estoy agradecido que siendo una amistad de mas de medio siglo, se acordase de mi y me llamase por teléfono, aun en estos últimos años cuando yo hacía una vida casi conventual.
Gurméndez era hombre al que gustaban los grupos de tertulia en los cafés, a los que llegaba fácilmente por ser un hombre de gran simpatía y don de gentes. Grupos a los que acudía gente muy diversa, de pensamiento políticamente ambiguo, cosa que no se entiende fácilmente por personas que hacen una sola clasificación ; "franquistas", "de izquierdas", ¡ no !, había mucha gente que no eran ni franquistas ni marxistas, entre los cuales estaba este grupo, era gente liberal que habían conocido la República y que hacían una vida literaria de tertulia, grupos de pintores, poetas, literatos, entre los cuales estaban Fernando Chueca, Alfonso Buñuel, hermano de Luis, Carlos Arniches hijo del escritor madrileñista Arniches, Juan Esplandiú, Paco Galicia, etc.
Estas amistades, habiendo sido nombrado agregado cultural de la legación Uruguaya, y su pensamiento opuesto al Régimen, no pasaron inadvertidas, puesto que como diplomático tenía cierta vigilancia, dando lugar a una denuncia que le obligó a marchar de España. En la víspera de su marcha estuvimos sentados los dos charlando en la terraza de un café, porque era verano, en el Paseo de Recoletos.
Entonces marchó a París, Montevideo, Bucarest, años durante los cuales desarrolló una intensa actividad intelectual y diplomática. Desde su exilio colaboró enviando escritos a las revistas Indice, y La Gaceta Literaria.
En 1973 pudo volver a España, a Madrid, que era su verdadera querencia. El siempre se consideró madrileño, pues fue allí donde hizo su carrera, donde tenía sus amistades, donde vivió y donde ha fallecido.
Se incorporó a la vida intelectual, actividad que ha mantenido hasta el final de su vida, junto a algunos de los que fueron sus amigo, tales como, J. L.. Aranguren, José Bergamín, Ortega Espotorno, personaje este fundamental en la Revista de Occidente y el diario El País, y quien le llevó a la colaboración que luego ha mantenido durante tantos años en el citado diario. Se dedicó con verdadera pasión a escribir, dejando una gran obra no sólo en importancia, si no también en cantidad.
Tenía Gurméndez mucho interés en tener lectores, en trascender como autor, de llegar a la gente, cosa que conseguía a pesar de cultivar un género no fácil, un género filosófico, obtuso, con muchas citas de filósofos alemanes. A veces me llamaba por teléfono y me preguntaba :
-"¿Has leído mi artículo ?" . Tenía como digo ese afán de ser leído.
Elena Soriano, Carlos Gurméndez y Eusebio García Luengo mantenían ente ellos una amistad desde años, amistad que les ha traído a esta revista, en la cual los tres han mostrado interés en colaborar. A la pregunta de si además de la amistad les unía un mismo interés por la temática de los sentimientos, Eusebio nos responde :
-No, no creo que hubiese un parecido entre ellos, Gurméndez era mas filósofo y Elena mas novelista. A Gurméndez le interesaba el tema de los sentimientos, las pasiones humanas, el amor era uno de sus temas preferidos, y Elena como novelista tomaba como referencia también esos sentimientos, pero la forma de tratarlos, el interés era distinto, no, no creo que hubiese un parecido.
Entrevista realizada por Manuel Segovia
el 15 de Marzo del 97. Colaboración, Patricia Jiménez
Eusebio, amigo de "Caminar Conociendo", hombre que busca y anima la conversación, nos trae los recuerdos de su amigo C.Gurméndez.
Conocí a Gurméndez, nos dice, en esos cafés literarios madrileños como "La Granja del Henar", siendo estudiantes en la Universidad de Madrid. Gurméndez, aunque nacido en Montevideo, llegó muy jovencito a Madrid, y se integró muy bien en el mundo madrileño.
Era un hombre muy comunicativo, muy expansivo, y respecto de otros escritores propiamente españoles, él como hispano americano y con motivo de su estancia en Europa, tenía una visión y una cultura mas amplia que el resto de amigos del grupo español. Era profundo conocedor del pensamiento y la literatura alemana, lo cual era poco frecuente, además de la literatura inglesa, francesa y soviética.
Carlos Gurméndez simultaneó las carreras de Filosofía y Letras y Derecho en la Universidad Complutense, donde se afilió a la organización estudiantil de izquierdas FUE, lo que le impidió finalizar la licenciatura de derecho en Madrid, teniendo que completar sus estudios en la Universidad de Berlín.
Durante la Guerra Civil dejé de verle, pero en la inmediata posguerra, viviendo él aún en la calle Gran Vía, reanudamos nuestra amistad. Gurméndez es uno de los pocos amigos que siempre me ha sido no sólo muy afecto, si no también muy fiel, y yo le estoy agradecido que siendo una amistad de mas de medio siglo, se acordase de mi y me llamase por teléfono, aun en estos últimos años cuando yo hacía una vida casi conventual.
Gurméndez era hombre al que gustaban los grupos de tertulia en los cafés, a los que llegaba fácilmente por ser un hombre de gran simpatía y don de gentes. Grupos a los que acudía gente muy diversa, de pensamiento políticamente ambiguo, cosa que no se entiende fácilmente por personas que hacen una sola clasificación ; "franquistas", "de izquierdas", ¡ no !, había mucha gente que no eran ni franquistas ni marxistas, entre los cuales estaba este grupo, era gente liberal que habían conocido la República y que hacían una vida literaria de tertulia, grupos de pintores, poetas, literatos, entre los cuales estaban Fernando Chueca, Alfonso Buñuel, hermano de Luis, Carlos Arniches hijo del escritor madrileñista Arniches, Juan Esplandiú, Paco Galicia, etc.
Estas amistades, habiendo sido nombrado agregado cultural de la legación Uruguaya, y su pensamiento opuesto al Régimen, no pasaron inadvertidas, puesto que como diplomático tenía cierta vigilancia, dando lugar a una denuncia que le obligó a marchar de España. En la víspera de su marcha estuvimos sentados los dos charlando en la terraza de un café, porque era verano, en el Paseo de Recoletos.
Entonces marchó a París, Montevideo, Bucarest, años durante los cuales desarrolló una intensa actividad intelectual y diplomática. Desde su exilio colaboró enviando escritos a las revistas Indice, y La Gaceta Literaria.
En 1973 pudo volver a España, a Madrid, que era su verdadera querencia. El siempre se consideró madrileño, pues fue allí donde hizo su carrera, donde tenía sus amistades, donde vivió y donde ha fallecido.
Se incorporó a la vida intelectual, actividad que ha mantenido hasta el final de su vida, junto a algunos de los que fueron sus amigo, tales como, J. L.. Aranguren, José Bergamín, Ortega Espotorno, personaje este fundamental en la Revista de Occidente y el diario El País, y quien le llevó a la colaboración que luego ha mantenido durante tantos años en el citado diario. Se dedicó con verdadera pasión a escribir, dejando una gran obra no sólo en importancia, si no también en cantidad.
Tenía Gurméndez mucho interés en tener lectores, en trascender como autor, de llegar a la gente, cosa que conseguía a pesar de cultivar un género no fácil, un género filosófico, obtuso, con muchas citas de filósofos alemanes. A veces me llamaba por teléfono y me preguntaba :
-"¿Has leído mi artículo ?" . Tenía como digo ese afán de ser leído.
Elena Soriano, Carlos Gurméndez y Eusebio García Luengo mantenían ente ellos una amistad desde años, amistad que les ha traído a esta revista, en la cual los tres han mostrado interés en colaborar. A la pregunta de si además de la amistad les unía un mismo interés por la temática de los sentimientos, Eusebio nos responde :
-No, no creo que hubiese un parecido entre ellos, Gurméndez era mas filósofo y Elena mas novelista. A Gurméndez le interesaba el tema de los sentimientos, las pasiones humanas, el amor era uno de sus temas preferidos, y Elena como novelista tomaba como referencia también esos sentimientos, pero la forma de tratarlos, el interés era distinto, no, no creo que hubiese un parecido.
Entrevista realizada por Manuel Segovia
el 15 de Marzo del 97. Colaboración, Patricia Jiménez
ENTREVISTA APARECIDA EN LA REVISTA 'CAMINAR CONOCIENDO' Nº 6, EN LAS PÁGINAS 13 y 14
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