viernes, 5 de enero de 2007

FORUGH FARROJZAD: UN ENCUENTRO CON LA POESÍA DE IRAN

TEXTO PARA UNA ANTOLOGÍA ANTIRRACISTA:

FORUGH FARROJZAD:
UN ENCUENTRO CON LA POESÍA DE IRAN
por Najmeh Shobeyri*

A Daniel Salgado alquimista de versos,
quien me ha guiado para encontrar
en las palabras de Occidente
el mismo significado de Oriente


"Cada vez que hago un poema,
pienso que algo se arranca de mí,
algo que ofrezco a los demás"
Forugh Farrojzad

Hablar de la poesía persa moderna, es hablar de Forugh Farrojzad (Teherán, 1934 - 1967 [1312 / 1345 H. S.]). Poetisa contemporánea no sólo por razones cronológicas, sino de modernidad: su poesía, presente, actualísima, nos llega con voz del pasado, añeja de sabiduría y belleza, para armonizar, el pudor de la mujer oriental, el grito de una mujer que se sabe diferente, con la independencia aparente de la mujer occidental y la inocencia de toda mujer. Su nombre es sinónimo de rechazo, de escándalo, casi de vergüenza, por romper con la tradición - no sólo literaria precisamente - y enfrentarse a ella con palabras valientes y sencillas.
Su primer libro, a los 17 años, sacudió el ambiente literario iraní hasta el punto de provocar una conmoción social y pública - a más de literaria, obviamente - que suscitó o bien el apoyo incondicional de crítica y público o bien el más absoluto desdén.
Sus libros: Cautivo, Rebeldía, Muro, Renacer, Creemos en el comienzo de la estación fría.
¿Su biografía?, oigamos a ella: ¿Qué significa una biografía?, bien pues uno nace un día, uno es su padre y qué? ...
Aparte de sus libros, dos largometrajes, además de miles de seguidores, para bien o para mal.
Quizá el dolor se pronuncia igual en todo el mundo, pero hay diversidad de voces, de combinaciones, y cuesta saber de dónde parte el dolor universal y cuál es el grito y cuál es la rabia de cada cultura. Forugh ha creado su propio "Ay", su propio mundo, su propio dolor, con él se expresa: "No estoy de acuerdo con encerrarse en las habitaciones .... El mundo solitario abstracto de cada uno debe de ser el resultado de sus paseos ... Mirar para poder ver y para poder elegir."
Lo que escribe Forugh no es fruto de experiencia personal, digamos, sino mas bien al contrario; llega al interior y al exterior de si misma a través de lo que escribe: " ... Yo en mis poesías no busco nada. Sino con ellas me encuentro a mi misma ... "
Aunque los críticos hablan de parecido entre Forugh y T. S. Eliot, tanto como de Edit Sitol, no son influencias sino paralelismo, debido a su conocimiento y estudio de la antigua Biblia, así como su interés por el cine, en especial su dura experiencia en él, en la casa de leprosos de Mashhad y Tabriz.
Para terminar este breve prólogo, he aquí una bella definición de poesía: "La poesía para mi es una ventana, cada vez que me acerco a ella se abre por su cuenta. Yo me siento allí. Miro. Canto. Grito. Lloro. Me cuelgo a la imagen de los árboles, y sé que en la otra parte de la ventana hay un espacio y alguien se está escuchando. Alguien que podrá haber dentro de 200 años o habrá existido hace 300 años. No importa. La ventana es un instrumento para relacionarse con la existencia, con la existencia en su extendido significado ...".
Nota: El calendario persa, comienza con el equinoccio, comienzo de la primavera. Tomando como año cero, el viaje del profeta del Islam, de la Meca a Medina. Héjira (heyri) solar. Ahora, por tanto, estamos en el año 1376.

sumarios:
"contemporánea, presente,
actualísima,
añeja de sabiduría y belleza,
para armonizar,
el pudor y el grito de una mujer
oriental que se sabe diferente,
con la independencia aparente
de la mujer occidental
y la inocencia de toda mujer"


Regalo
Lo digo desde el final de la noche,
desde el final de la oscuridad,
lo digo desde el final de la noche.
Si vienes a casa,
tráeme, amor mío, una luz
y una ventana
desde la que pueda ver
la felicidad que bulle en la calle.



Muñeca de cuerda
Es posible un silencio aún mayor
y más largo.

Con la mirada fija de los muertos
en el humo del cigarrillo,
en la forma de la taza,
en la flor sin color de la alfombra,
en una línea imaginaria en la pared.
Es posible apartar la cortina
con violencia, y mirar
la lluvia en la calle,
el niño que se refugia
con sus cometas,
el carro desvencijado que abandona la plaza
apresurado y ruidoso.

Es posible seguir aquí,
detrás de la cortina, sin ver, sin oír.

Es posible gritar,
con una voz falsa, dura, ajena:
"Quiero".
Es posible convertir a una joven sana y hermosa
-en los rudos brazos de un hombre-
en un cuerpo cuya piel sea de cuero.
Es posible mancillar el amor
en la cama de un borracho, de un loco, de un [nadie.

Es posible humillar sin parecerlo,
cada misterio.
Es posible dedicarse a resolver un pasatiempo.
Es posible la alegría al descubrir una respuesta [sin sentido,
una respuesta vana, cinco o seis palabras.

Es posible arrodillarse para siempre,
la cabeza baja, frente a un sepulcro frío.
Es posible ver a Dios en un pudridero de [confusión.
Es posible creer a cambio de unas monedas.
Es posible pudrirse en los cuartos de una [mezquita,
como un santo varón.
Es posible obtener el mismo resultado
en una suma honesta, siempre la misma.
Es posible equiparar tus ojos en la cólera,
al descolorido botón de unos zapatos viejos.
Es posible evaporarse, como el agua del charco.

Es posible ocultar en el fondo de un barril
la belleza de un momento de pudor,
como una fotografía en blanco y negro, fugas, [grotesca.
Es posible colgar del marco vacío del día
la imagen de un condenado, vencido o [crucificado.
Es posible cubrir con caritas las fisuras de la [pared.

Es posible mezclarse con las imágenes más [absurdas,
Es posible ser como las muñecas de cuerda,
ver el mundo con ojos cristalinos.
Es posible dormir largos años
en una caja de lana,
con el cuerpo relleno de pajas.
Es posible gritar sin motivo,
con el apretón de unas manos abusivas.
Oh, soy afortunada.

Renacer
Todo mi ser es una oscura aleya(*)
que se repite y que te lleva
a un amanecer de amaneceres,
de floreceres eternos.
En esta aleya
he suspirado, ay,
en esta aleya
te he injertado
al árbol, al agua, al fuego.

La vida quizá es
una larga calle
por la que pasa cada día una mujer con una cesta.
La vida quizá es
la cuerda
con la que un hombre se cuelga de un árbol.
La vida quizá es el niño que vuelve de la escuela.
La vida quizá es
ese cigarrillo que se enciende
en la pausa entre dos abrazos.

O esa mirada absorta del transeúnte
que se quita el sombrero
y saluda: ¡"buenos días"!
con una sonrisa insignificante.

La vida quizá es
ese instante sin continuidad en que mis ojos
se derrumban en los tuyos ...
y hay aquí un significado
que confundo
con las percepciones de la luna
y de la oscuridad

En una habitación a la medida
de la soledad,
mi corazón, a la medida del amor,
repasa los pretextos
más sencillos de su dicha;
la belleza de las flores que se marchitan
en la maceta,
en retoño que tu sembraste
en el jardín de nuestra casa,
el trino de los pájaros
que cantan
a la medida de esta ventana.

Ah, esa es mi parte.
Esa es mi parte, mi parte:
un cielo que se separa de mi
a través de una cortina.
Mi parte
es descender escaleras gastadas
y unirme a algo
que es corrupción
y es desconocido.

Mi parte
es un paseo nostálgico
por el jardín del recuerdo
y morir en la tristeza
de la voz que me dice:
"Quiero tus manos".

Hundiré en el jardín mis manos,
germinarán, lo sé, lo sé, lo sé,
y las golondrinas pondrán sus huevos
entre mis dedos,
sucios de tinta.

Colgaré de mis orejas dos cerezas
rojas, gemelas,
y pegaré en mis uñas pétalos de dalia.
Hay un callejón donde los chicos
que me amaron hace tiempo,
con los mismos cabellos revueltos,
cuellos finos
y piernas delgadas,
piensan en la sonrisa inocente
de una niña que una noche
se llevó el viento.

Hay un callejón
que mi corazón ha robado
a los barrios de la infancia.
Viaje corporal por la línea del tiempo,
con un cuerpo que fecunda
la línea del tiempo,
el cuerpo de una imagen que se piensa,
que vuelve de la fiesta en un espejo.

Así es como alguien muere
y alguien se queda.

Ningún pescador puede
encontrar ninguna perla
en un arroyo humilde,
arroyo que desemboca
en una charca.
Sé de un ángel pequeño y triste
que vive en el mar
y toca su corazón
con un ney(*) de madera, lentamente.
Un ángel pequeño y triste,
que muere de noche
por un beso
y nace al amanecer
también por un beso

(*)Aleya: cada verso coránico
(*)Ney: flauta de junco, típica de Irán

Najmeh Shobeyri, Madrid, 21 de marzo de 1997
La articulista es periodista iraní,
corresponsal de la televión de su pais
y directora de una revista literaria.


(TOMADO DE LAS PÁGINAS 36, 37, 38, 39 DE LA REVISTA Nº 6 'CAMINAR CONOCIENDO')

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