viernes, 5 de enero de 2007

LUCERNA (*) de Paz Díez-Taboada



Lucerna

Mari Paz Díez-Taboada

4. Lago Carucedo


Un aire leve ondea y riza el lago,
donde duerme Lucerna su existencia dorada.
Las luces del ocaso irisan sus fulgores
en los temblores curvos de la hondura.
En el fluir sin cauce de las aguas
vagan los sarracenos; sus perfiles
son comas y arabescos con que el tiempo
escribió en el misterio de las ondas
un quebrado renglón de interrogantes.
Emergen claridades. Como tela ondulada
se agita la corriente. Las airosas agujas
de las torres ocultas de la cuidad perdida
hieren el aire de la tarde. El cielo
se enrojece de sangre del viejo dios que muere.

5. Lucerna, dónde

Lucerna, allí o aquí. Lucerna ¿dónde?
Allá, en el Castro airoso, batido por los vientos,
humillado su orgullo en los muros enanos
de la que fue una vez Bérgidum Flavium.
Lucerna, allí, bajo la sombra humilde
de los chopos lanzales, junto al fluir del Cárcere,
encerrada entre llantos y susurros
del sombrío y doliente valle viridis.
Quizá Lucerna aquí, en la hondura glauca
de las aguas, en donde reina el ágil
garabateo de los peces negros,
durmiendo para siempre su leyenda
en el barro del lago. Asolagada.

6. La Ventosa


Castro de la Ventosa, rodeada
de vides y cercada por los vientos,
tú, la del viejo nombre trasmutado,
¿estuvo en ti Lucerna?

7. La leyenda


No se sabe si un fuego de la altura
devoró la ciudad de la leyenda,
si una riada la inundó, envolviendo
templos y casas en el rojo limo,
como pidió a Santiago el Emperante.
Nadie sabe si está - si nunca estuvo -
junto a los ricos montes arruinados
por la sed acezante del Imperio,
si su huella se encuentra confundida
con la escoria dorada de Las Médulas.
Quizá fue castigada por el viento,
viajero por los Montes Aquilianos,
y sus fuertes murallas, acosadas,
rodaron en el polvo del Camino.
¿Qué fue de ti, Karcesa, prisionera
en el verde lamento del Valcarcel?
¿Qué fue de ti, Lucerna, asolagada
en el áureo fluir de la leyenda?


((*)Lucerna, libro inédito de poemas;
nuestra revista ya adelantó el pasado año
el poema "La caída" ilustrando un semiensayo
de la autora titulado asimismo Lucerna)

TOMADO DE LA PAG. 33

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