Muñeca de cuerda
Es posible un silencio aún mayor
y más largo.
Con la mirada fija de los muertos
en el humo del cigarrillo,
en la forma de la taza,
en la flor sin color de la alfombra,
en una línea imaginaria en la pared.
Es posible apartar la cortina
con violencia, y mirar
la lluvia en la calle,
el niño que se refugia
con sus cometas,
el carro desvencijado que abandona la plaza
apresurado y ruidoso.
Es posible seguir aquí,
detrás de la cortina, sin ver, sin oír.
Es posible gritar,
con una voz falsa, dura, ajena:
"Quiero".
Es posible convertir a una joven sana y hermosa
-en los rudos brazos de un hombre-
en un cuerpo cuya piel sea de cuero.
Es posible mancillar el amor
en la cama de un borracho, de un loco, de un [nadie.
Es posible humillar sin parecerlo,
cada misterio.
Es posible dedicarse a resolver un pasatiempo.
Es posible la alegría al descubrir una respuesta [sin sentido,
una respuesta vana, cinco o seis palabras.
Es posible arrodillarse para siempre,
la cabeza baja, frente a un sepulcro frío.
Es posible ver a Dios en un pudridero de [confusión.
Es posible creer a cambio de unas monedas.
Es posible pudrirse en los cuartos de una [mezquita,
como un santo varón.
Es posible obtener el mismo resultado
en una suma honesta, siempre la misma.
Es posible equiparar tus ojos en la cólera,
al descolorido botón de unos zapatos viejos.
Es posible evaporarse, como el agua del charco.
Es posible ocultar en el fondo de un barril
la belleza de un momento de pudor,
como una fotografía en blanco y negro, fugas, [grotesca.
Es posible colgar del marco vacío del día
la imagen de un condenado, vencido o [crucificado.
Es posible cubrir con caritas las fisuras de la [pared.
Es posible mezclarse con las imágenes más [absurdas,
Es posible ser como las muñecas de cuerda,
ver el mundo con ojos cristalinos.
Es posible dormir largos años
en una caja de lana,
con el cuerpo relleno de pajas.
Es posible gritar sin motivo,
con el apretón de unas manos abusivas.
Oh, soy afortunada.
Forugh Farrojzad (Teherán, 1934 - 1967 [1312 / 1345 H. S.]
Muñeca de cuerda
Es posible un silencio aún mayor
y más largo.
Con la mirada fija de los muertos
en el humo del cigarrillo,
en la forma de la taza,
en la flor sin color de la alfombra,
en una línea imaginaria en la pared.
Es posible apartar la cortina
con violencia, y mirar
la lluvia en la calle,
el niño que se refugia
con sus cometas,
el carro desvencijado que abandona la plaza
apresurado y ruidoso.
Es posible seguir aquí,
detrás de la cortina, sin ver, sin oír.
Es posible gritar,
con una voz falsa, dura, ajena:
"Quiero".
Es posible convertir a una joven sana y hermosa
-en los rudos brazos de un hombre-
en un cuerpo cuya piel sea de cuero.
Es posible mancillar el amor
en la cama de un borracho, de un loco, de un [nadie.
Es posible humillar sin parecerlo,
cada misterio.
Es posible dedicarse a resolver un pasatiempo.
Es posible la alegría al descubrir una respuesta [sin sentido,
una respuesta vana, cinco o seis palabras.
Es posible arrodillarse para siempre,
la cabeza baja, frente a un sepulcro frío.
Es posible ver a Dios en un pudridero de [confusión.
Es posible creer a cambio de unas monedas.
Es posible pudrirse en los cuartos de una [mezquita,
como un santo varón.
Es posible obtener el mismo resultado
en una suma honesta, siempre la misma.
Es posible equiparar tus ojos en la cólera,
al descolorido botón de unos zapatos viejos.
Es posible evaporarse, como el agua del charco.
Es posible ocultar en el fondo de un barril
la belleza de un momento de pudor,
como una fotografía en blanco y negro, fugas, [grotesca.
Es posible colgar del marco vacío del día
la imagen de un condenado, vencido o [crucificado.
Es posible cubrir con caritas las fisuras de la [pared.
Es posible mezclarse con las imágenes más [absurdas,
Es posible ser como las muñecas de cuerda,
ver el mundo con ojos cristalinos.
Es posible dormir largos años
en una caja de lana,
con el cuerpo relleno de pajas.
Es posible gritar sin motivo,
con el apretón de unas manos abusivas.
Oh, soy afortunada.
Forugh Farrojzad (Teherán, 1934 - 1967 [1312 / 1345 H. S.]
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