Chinama, Chinama,
la hermosa flor
hija de Kabugo, el famoso cazador,
fue con un corazón enamorado
al palacio del poderoso rey.
Por el camino les contaba
a sus modestas doncellas:
-Caminen lentamente, lentamente
para estar seguras
de que el rey esté en su palacio
cuando lleguemos.
Cuando le anunciaron que el rey estaba
en su pabellón de paja tejida,
ella le envió sus doncellas
con presentes y dulces saludos.
Pero el rey le devolvió
una piel en vez de carne:
¡no la quería!
Lentamente, lentamente
regresó a su aldea,
llorando.
+
(poesía anónima africana)
1 comentario:
No se comprende muy bien a este rey.
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