miércoles, 21 de octubre de 2009

Gure berriak: Pablo Antoñana


Gure berriak: Pablo Antoñana


El 26 de agosto a los 81 años, fallecía el autor navarro nacido en Viana el 29 de octubre de 1927; precisamente en la casa que nació Navarro Villoslada y, también curioso, en la misma cama donde murió. Estudió Magisterio en Logroño y se licenció en Derecho en Zaragoza. A partir de 1952, hasta su jubilación, ejerció de secretario en los ayuntamientos de Sansol, El Busto y Desojo, en Lizarraldea. Sus primeras incursiones literarias se iniciaron en 1947 con cuentos en la prensa zaragozana. En 1959 ganó su primer premio con una novela corta, y a partir de entonces no dejó de publicar y recibir menciones y reconocimientos, incluido el premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2006. Ha publicado libros en diversas editoriales y numerosos artículos en distintos periódicos y revistas. En Txalaparta publicó 'Miniaturas', una selección de textos aparecidos en Egin entre los años 1996 1999, que respondían a estados de ánimo recogidos en un momento que son ya historia: rabia, recuerdos, preguntas insolentes y resabios.
Rescatamos de ese libro dos pasajes, uno referido a la Boina y otro a la Muerte.
 
La Boina

"Pacífica y labriega en la cabeza de aldeano, la mía, ornato de porte fue, tocado con gracia, siempre distinta, hoy sujeta a desdén y aparte, no sé por qué, pero señorial y bella en la cabeza de gente que se fotografió en estudio junto a jarrón, estatua, paisaje ficticio de lago y floresta. Cuadraba bien. Cada boina era un rostro, cada boina un hombre, un mundo. Belicosa un tiempo y de color de sangre en las huetes de las dos guerras carlistas, nuestras a pesar nuestro, y también en la última, la del 36, también nuestra, también carlista y también a nuestro pesar..."
 
La Muerte


"... Yo, Antoñana, fruto de miles de Antoñanas de ese pueblecito de Álava, la vascongada, pululé errando sobre la haz de la tierra un millón de años y hoy soy su efímero resumen. La muerte no segó mi estirpe y en lo sucesivo quedaré derramado en quienes me sigan, por tanto vivo y ellos serán también yo. Procedo de la vida y a la vida regresaré en polvo y ceniza. La muerte cabo de tránsito, un alto en el viaje hacia la nada. Dejaré testimonio de huella fósil y lo demás comedia y devaneo que la conciencia del hombre urdió con su miedo, necia soberbia, pues la muerte, el morir, tanto se asemeja al sueño (John Donne) y su desenlace es reparación, paz y reposo, lejos ya la injusticia, el oprobio, la sinrazón, el ultraje, la desasistencia, la soledad. El protocolo, la ceremonia, ólo disparatada ficción. Los disfraces, los ritos, sobran cuando la muerte generosa llega a tiempo, redime y salva..."


(De 'Gure Liburuak, euskal kerriko irakuble kluba, de la Editorial Txalaparta, nº 23 Zka, página 3)
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