Era la hora
de los grises posados y el ascenso turbio del humo
-cuando la tristeza sacudía su infinita espalda
en el atardecer-
Cuando todo se va callando
como la luz que transcurre por las manos.
"Los dioses que habitan el paísde la esperanza"
B. O.
Con el fastuoso cincel del hierro gris
que golpea costas, acantilados y atalayas
con la tristeza central de la distancia...
Con el frío profundo de los túneles férreos...
¿Por qué? o ¿A dónde?
Estamos al final de un milenio,
como al principio,
poblando el país de la esperanza.
A P.N.
Eran días de inmensos naufragios:
de soledad en la espalda
como la mirada de los animales
que no pueden soñar con el mar,
El mar
se magnánimo candado gris
que anuda la tristeza y la esperanza.
Txabi Etxebarrieta
(Las turbias potestades)
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(*) Título nuestro
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(*) Título nuestro
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