Acabamos de releer dos obras de Camilo Castelo Branco: 'Novela de un hombre rico' y 'María de la Fuente'. De la primera, romántica, poco tenemos que decir: mucho amor, mucho llanto, mucha desgracia. El destino que lleva a los personajes, con poca felicidad, hasta la muerte. Como a casi todos nosotros.
Pero no es de esta obra de la quisiéramos hacer algún comentario un poco más extenso, sino de la otra, de 'María de la Fuente'.
Ya la primera vez que la leímos nos interesó más, mucho más, que la 'Novela de un hombre rico'.
'María de la Fuente', tiene el atractivo, para nosotros, de tratar de la historia de Portugal, de la que no conocemos, prácticamente, nada (los pueblos español y portugués han vivido de espaldas aun estando juntos); está escrita con un lenguaje chispeante, libre, desprejuiciado, cáustico, con las creencias irracionales, con los dogmas religiosos; nos atrajo su irreverencia, en el mejor sentido de la palabra, con los poderes establecidos, Iglesia y Monarquía, sobre todo la absoluta; además, nos gustan los anticlericales, qué le vamos a hacer, y él lo es; nombraba a algunos autores, como Oliveira Martins, Almeida Garret o Guerra Junqueiro que nos resultaban conocidos por habérselos visto citar a Unamuno; nos regocijaba su ironía, a veces burla, cuando no sarcasmo, hacia dos personajes de la llamada Revuelta del Miño, allá por 1846: María de la Fuente y el padre Casimiro José Vieira. Personajes que no salen muy bien parados, ambos.
Si bien, la flecha se dirige principalmente, aunque se titule 'María de la Fuente', hacia el padre Casimiro.
De él extrae los datos para transmitirnos una imagen de esta maría portuguesa. Pero contrastados con algunos historiadores: borracha, lujuriosa, mal hablada, hombruna, meapilas, ignorante... Nada épica. Y el tono, dicho por el autor, 'desenvuelto, cómico-heroico'.
Finalizando de esta manera la primera parte: 'yo no he querido deslucir el valor del pueblo del 46, pero pretendo cribar en el tamiz del harnero histórico a María de la Fuente, que los progresistas llaman su madre y los republicanos su abuela'.
La segunda parte de la obra está dedicada al citado padre Casimiro, del que hemos encontrado en la red esta referencia en portugués:
'Sacerdote minhoto, nascido em 1817 e falecido em 1895, que foi um dos líderes das guerrilhas da Maria da Fonte. Publicou um relato das suas actividades guerreiras à frente de um grupo de camponeses, sob o título Apontamentos para a História da Revolução do Minho em 1846 ou da Maria da Fonte (1883). Esta obra é considerada um documento histórico importante para o estudo daquela revolta.'
Como ya hemos dicho, no lo corona de gloria precisamente. Es una crítica feroz que se resume en estas palabras que Camilo Castelo Branco pone al final del libro:
'Estoy cansado, lleno de tedio, y con el alma angustiada por haber prostituido su atención en ciento veinte páginas teológicas de esta clase. Pero, hoy en día, que el fastidio en la literatura resiste el perfil de Zola, el libro que se lee con paciencia es tan raro como los brillantes negros. En esas ciento veinte páginas, se siente la delicuescencia del cerebro, se jadea en el pútrido aire de los viejos detritos; se agoniza por falta de aire, en ese laberinto de necedades. Hay ahí páginas de cruenta ignorancia y osadía, tan absurdas en un hombre nacido en este siglo, que al terminar la lectura, me abruma la tristeza de quien sale de un manicomio y ha oido declamaciones místicas mezcladas con injurias.'
Para a continuación ser un poco misericordioso con el padre Casimiro:
'Hago, sin embargo, constar que esta censura no deslustra la honradez ni la moral del padre Casimiro José Vieira. Dice Castillo: "¿Se escribe mal o bien, se tiene o no buen seso? / ¿Qué tiene esto que ver con su integridad?/ Puede un hombre ser santo y estar lleno lleno de asnidad."
Hemos llenado este comentario de citas como hace Castelo Branco con 'María de la Fuente' (*).
__________
(*) Si alguno tuviere interés en esta obra (puede que la edición que les cito se inencontrable) sepa que fue publicada en 1955 por Aguilar, S.A. de Ediciones, en la colección Crisol, número 392 y traducida del portugués por Inocencia y Mercedes R. Mellado.
Pero no es de esta obra de la quisiéramos hacer algún comentario un poco más extenso, sino de la otra, de 'María de la Fuente'.
Ya la primera vez que la leímos nos interesó más, mucho más, que la 'Novela de un hombre rico'.
'María de la Fuente', tiene el atractivo, para nosotros, de tratar de la historia de Portugal, de la que no conocemos, prácticamente, nada (los pueblos español y portugués han vivido de espaldas aun estando juntos); está escrita con un lenguaje chispeante, libre, desprejuiciado, cáustico, con las creencias irracionales, con los dogmas religiosos; nos atrajo su irreverencia, en el mejor sentido de la palabra, con los poderes establecidos, Iglesia y Monarquía, sobre todo la absoluta; además, nos gustan los anticlericales, qué le vamos a hacer, y él lo es; nombraba a algunos autores, como Oliveira Martins, Almeida Garret o Guerra Junqueiro que nos resultaban conocidos por habérselos visto citar a Unamuno; nos regocijaba su ironía, a veces burla, cuando no sarcasmo, hacia dos personajes de la llamada Revuelta del Miño, allá por 1846: María de la Fuente y el padre Casimiro José Vieira. Personajes que no salen muy bien parados, ambos.
Si bien, la flecha se dirige principalmente, aunque se titule 'María de la Fuente', hacia el padre Casimiro.
De él extrae los datos para transmitirnos una imagen de esta maría portuguesa. Pero contrastados con algunos historiadores: borracha, lujuriosa, mal hablada, hombruna, meapilas, ignorante... Nada épica. Y el tono, dicho por el autor, 'desenvuelto, cómico-heroico'.
Finalizando de esta manera la primera parte: 'yo no he querido deslucir el valor del pueblo del 46, pero pretendo cribar en el tamiz del harnero histórico a María de la Fuente, que los progresistas llaman su madre y los republicanos su abuela'.
La segunda parte de la obra está dedicada al citado padre Casimiro, del que hemos encontrado en la red esta referencia en portugués:
'Sacerdote minhoto, nascido em 1817 e falecido em 1895, que foi um dos líderes das guerrilhas da Maria da Fonte. Publicou um relato das suas actividades guerreiras à frente de um grupo de camponeses, sob o título Apontamentos para a História da Revolução do Minho em 1846 ou da Maria da Fonte (1883). Esta obra é considerada um documento histórico importante para o estudo daquela revolta.'
Como ya hemos dicho, no lo corona de gloria precisamente. Es una crítica feroz que se resume en estas palabras que Camilo Castelo Branco pone al final del libro:
'Estoy cansado, lleno de tedio, y con el alma angustiada por haber prostituido su atención en ciento veinte páginas teológicas de esta clase. Pero, hoy en día, que el fastidio en la literatura resiste el perfil de Zola, el libro que se lee con paciencia es tan raro como los brillantes negros. En esas ciento veinte páginas, se siente la delicuescencia del cerebro, se jadea en el pútrido aire de los viejos detritos; se agoniza por falta de aire, en ese laberinto de necedades. Hay ahí páginas de cruenta ignorancia y osadía, tan absurdas en un hombre nacido en este siglo, que al terminar la lectura, me abruma la tristeza de quien sale de un manicomio y ha oido declamaciones místicas mezcladas con injurias.'
Para a continuación ser un poco misericordioso con el padre Casimiro:
'Hago, sin embargo, constar que esta censura no deslustra la honradez ni la moral del padre Casimiro José Vieira. Dice Castillo: "¿Se escribe mal o bien, se tiene o no buen seso? / ¿Qué tiene esto que ver con su integridad?/ Puede un hombre ser santo y estar lleno lleno de asnidad."
Hemos llenado este comentario de citas como hace Castelo Branco con 'María de la Fuente' (*).
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(*) Si alguno tuviere interés en esta obra (puede que la edición que les cito se inencontrable) sepa que fue publicada en 1955 por Aguilar, S.A. de Ediciones, en la colección Crisol, número 392 y traducida del portugués por Inocencia y Mercedes R. Mellado.
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